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El criollo

CODIGO ROJO

Escapan de la muerte

Les llovió plomo

Par de hermanos logran salir con vida al volcar en su camioneta tras ser perseguidos por hombres armados

Redacción
Grupo Cantón

Los hermanos V. miraron hacia fuera y, aunque habían pasado incontables veces por esos carriles inclinados ligeramente, era como si los vieran por primera vez. Estaban de cabeza, dentro de su camionera marca Explorer, con el chasis y las llantas volteadas.


Hacía unos momentos, aunque para ellos esos minutos hubieran sido eternos, habían escapado de una muerte segura. No por la volcadura que acababan de sufrir, en pleno velódromo de la cuidad deportiva, sino por los asaltantes que los habían perseguido por las calles de la colonia Tamulté.


La sorpresiva carrera había comenzado muy cerca del lugar donde había concluido la persecución: en la plaza Estrada. Los hermanos V. entraron al banco para sacar dinero. Apenas les entregaron los billetes morados y los contaron se retiraron del lugar.


Salieron del estacionamiento de la plaza y no acababan de llegar a la esquina cuando otra camioneta les cerró abruptamente el paso. Los desconocidos esgrimieron sus armas para que los hermanos V. se detuvieran.


Por instinto, el conductor de la Explorer metió el acelerador, y la otra camioneta comenzó a seguirlos. Los asaltantes, furiosos por la resistencia de los hermanos, accionaron sus armas. Varias balas fueron a abollar ligeramente la carrocería y a rasguñar el medallón.


La Explorer de los hermanos dedicados al comercio en la ciudad estaba blindada. Sus ocupantes estaban a salvo. No obstante, el tronido de las balas y la velocidad a la que iban ocasionó que el conductor perdiera el control y la unidad volcara como un juguete hasta quedar en medio de los carriles del velodromo.


Todavía los furibundos ladrones trataron de forzar el quemacoco de la Exolorer, que parecía el escotillón de un submarino. Ni siquiera pudieron hacerle un rasguño a aquella parte.


Antes que llegara la policía, o sabiendo que llegarían, abandonaron su plan. Los hermanos V. permanecieron quietos, tratando de reconocer la calle de 6 carriles ligeramente inclinados por la que habían pasado incontables veces. Veían la gasolinera cercana al revés. El mundo de cabeza donde los ladrones huyen sin el botín.

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